Las cremas, bálsamos, pomadas o lociones son unos productos básicos que utilizamos a diario. En sus distintos formatos y texturas, proporcionan distintos efectos. Las cremas para piel, en general hidratan, nutren y tratan las zonas en las que se aplican. Sabemos que hidratar la piel es fundamental para su salud pero ¿qué tipo de crema es la más adecuada para cada caso?
Elige una crema en función de tu tipo de piel
El tipo de piel que tenemos es esencial a la hora de elegir el tipo de crema que utilizamos. Por eso, necesitamos saber cómo es nuestra piel antes de usar una crema, aceite o bálsamo.
Piel seca. La piel seca o muy seca se agrieta con facilidad y se irrita. Además, envejece más rápido. Su color es blanquecino. La crema que se recomienda debe hidratar altamente restaurando el tejido y ofreciendo el brillo que necesita.
Piel grasa. Este tipo de piel tiene un color más amarillento y brilla en exceso. Para estos casos, se recomiendan cremas hidratantes suaves que hidraten pero no en exceso. Además, es importante cuidarla y mantener rutinas de limpieza con productos que no contengan componentes grasos.
Piel normal. Su color es rosado y aterciopelado. Es de apariencia uniforme y sin grasa. Las cremas indicadas para este tipo de piel son las que hidraten y mantengan sus propiedades naturales.
Piel mixta. Este tipo de piel combina los tres anteriores y requiere de cuidados especiales. Si este es tu caso, puedes utilizar las cremas indicadas para este tipo.
Tipos de cremas, aceites corporales o bálsamos
Los distintos tipos que existen varían según su textura, formato y propiedades. Es mucha la variedad de cremas disponibles. Estos son algunos de los tipos más utilizadas.
- Cremas hidratantes. Estas cremas hidratan y cuidan la piel a diario. Ofrecen la hidratación necesaria, nutren y alimentan manteniendo la piel tonificada, tersa y saludable. Combaten la sequedad y evitan así, el envejecimiento prematuro de la piel. Puedes encontrarla en distintos formatos, propiedades y en función de la zona que quieras hidratar. Por ejemplo, la crema para la cara, de manos, para los pies, crema de rosa mosqueta, de calamina o crema de aloe vera. Cada producto te ofrece alguna propiedad específica en función de tu necesidad.
- Aceite corporal. Los aceites son productos muy específicos para tratar distintos problemas. Por ejemplo, el aceite dermoprotector te proporciona una capa ligera y eficaz que hidrata tu piel. Evitando así la deshidratación, la protege, regenera y calma. Otro ejemplo es el aceite de Corpitol. Un aceite específico para prevenir y proteger a la piel de posibles escaras o úlceras por presión.
- Pomadas para la piel. También puedes encontrar distintas pomadas para diferentes problemas. Como las pomadas de urea que hidratan las zonas que generalmente más se secan, como los pies o las manos. Puedes encontrar además diferentes pomadas para bebés o protectoras para pieles sensibles.
- Gel y jabón. Estos productos también están diseñados para ofrecer la máxima hidratación a la piel. Por ejemplo, el jabón de glicerina limpia, hidrata y previene posibles infecciones. Está indicada sobre todo para pieles muy dañadas y secas.