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A medida que pasan los años el sueño puede ser más frágil y delicado. Aún viviendo una vejez saludable es posible tener dificultades para conciliar el sueño y despertarse durante la noche.

¿Cómo se caracteriza el sueño en la vejez?

En la vejez se dan ciertas circunstancias vitales que pueden dificultar el «buen dormir». A partir de la jubilación, la actividad diaria puede disminuir y por tanto la sensación de cansancio a la hora de acostarse puede ser menor. Además, es frecuente que por el tiempo libre aparezcan episodios de sueño durante el día y se reduzca el sueño nocturno.

En general, las personas mayores disfrutan de menos estados de sueño profundo y despiertan en más ocasiones durante la noche. Por el contrario, los periodos de fase REM son similares a otras etapas de la vida.

¿Qué pautas se recomiendan para mejorar el sueño en la vejez?

En «Dormir bien» del Programa para la Promoción de la Salud de las Personas Mayores de la Comunidad de Madrid nos ofrecen algunas recomendaciones.

  1. Evitar las sustancias excitantes. El café, el té o el chocolate son sustancias excitantes que en la vejez se metabolizan más despacio. Aumentan la actividad cerebral, la presión arterial o la atención siendo estas circunstancias incompatibles con el inicio del sueño.
  2. Reducir el consumo de alcohol. El consumo de alcohol sobretodo antes de dormir altera la calidad del sueño. Además es un diurético natural por lo que aumentarán las micciones nocturnas.
  3. Revisión de las condiciones ambientales. Es importante revisar ciertas condiciones del dormitorio. Por ejemplo la comodidad de la cama, la iluminación o los ruidos durante la noche como los sonidos de un reloj.
  4. No forzar el sueño. El momento de conciliar el sueño debe ser tranquilo, sin prisa y sin estímulos externos (ruidos, incomodidad…) o internos (hambre, pensamientos…). También es importante no preocuparse si una noche no se duerme.
  5. Relajarse antes de dormir. Disponer de algún método de relajación ayudará a conciliar el sueño. Por ejemplo darse un baño o realizar ejercicios de respiración.
  6. Mantener las rutinas. Todas las rutinas que normalmente tenemos para ir a la cama ayudarán en este momento del día.
  7. Reducir el posible estrés durante el día y realizar en tal caso ejercicios de relajación.
  8. Mantener hábitos de vida saludables. Una alimentación sana y equilibrada y ejercicio físico moderado serán claves para conseguirlo.
  9. Nunca se deben consumir somníferos sin prescripción médica.

 

 

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