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En una situación de cuidados, el autocuidado es fundamental para sentirse bien y ofrecer cuidados de calidad. Cuidar implica realizar muchas tareas, resolver problemas con inmediatez o gestionar situaciones problemáticas a lo largo del tiempo. Todo ello puede limitar el tiempo y la energía para prestar atención a las propias necesidades y autocuidados.

Cuidarse para poder cuidar

El autocuidado es fundamental para sentirse bien. Y si nos sentimos bien tendremos energía para cuidar, tomaremos decisiones correctas y gestionaremos adecuadamente las situaciones problemáticas. Así conseguiremos brindar unos cuidados de calidad. Ante todo, se recomienda mantener en la medida de los posible nuestra vida propia independientemente al cuidado. El mantenimiento de una buena salud física, social y emocional ayudará a realizar nuestra labor de la mejor forma posible.

A continuación, algunas recomendaciones para autocuidarse elaboradas por la Fundación Pilares para la autonomía personal

Hábitos de vida saludables.

La alimentación saludable, dormir bien, realizar ejercicio moderado y evitar el aislamiento son clave en nuestro día a día. Por ejemplo, la falta de sueño nocturno repercute negativamente en el estado ánimo y en la atención. En caso no dormir bien se recomienda pedir ayuda profesional, establecer turnos o buscar «centros de noche» para la persona que cuidamos. En cuanto a evitar el aislamiento, se recomienda prevenir el posible distanciamiento de la red social. Es frecuente que dada la gran carga de tareas se produzca este distanciamiento. Se aconseja intentar mantener las relaciones familiares y sociales, o crear otras a través de las asociaciones o distintos recursos.

Prevención de riesgos y lesiones.

Se trata de realizar los cambios oportunos para prevenir riesgos innecesarios. Por ejemplo, en el hogar modificar ciertos elementos para evitar riesgos (suelos antideslizantes, eliminar obstáculos, etc.). Además para la prevención de lesiones, se recomienda seguir algunas pautas por ejemplo de movilización de la persona.

Manejo de las emociones.

Cuidar a una persona en situación de dependencia genera ciertas emociones tanto positivas como negativas. Aprender a gestionarlas mejorará nuestro bienestar y por lo tanto nuestra labor. Enfadarnos, sentirnos tristes o culpables son emociones comunes y normales en estas situaciones. si las gestionamos adecuadamente, nos autocuidamos.

Actividades de tiempo libre.

Además de cuidar, los cuidadores deben intentar continuar con su propia vida. Los cuidados ocupan la mayor parte de su tiempo, sin embargo es necesario para nuestro bienestar reservar tiempo libre. Autocuidarse también implica dedicarse tiempo a uno mismo. Si es necesario, pidiendo ayuda. Las actividades placenteras mejoran nuestra salud emocional y contribuyen al aumento de nuestra calidad de vida. Como consecuencia, ofreceremos cuidados de calidad, un objetivo alcanzado.

Si tiene alguna consulta, en MimoOnline podemos asesorarle en la gestión esta nueva situación.

 

 

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