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La demencia tipo Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa y progresiva que se caracteriza por diversos deterioros cognitivos. Mediante estas líneas queremos ofrecer algunos consejos para cuidadores de Alzheimer sobre el manejo de los síntomas psicológicos y conductuales, consecuencias de dichos deterioros.

¿Qué son los síntomas psicológicos y conductuales en la enfermedad de Alzheimer?

Los síntomas cognitivos en la enfermedad de Alzheimer pueden variar entre personas e incluso en la misma persona en distintos momentos. Sin embargo, los síntomas psicológicos y conductuales aparecen en el 90% de los casos impactando negativamente en la situación de cuidados y en la posible sobrecarga del cuidador.

Las causas de estos síntomas pueden ser varias. Pueden deberse a las alteraciones cerebrales que se están produciendo, a la dificultad de comprensión de la persona sobre las conductas de los otros o de interrelación, o a los problemas de comunicación que pueden tener sobre un malestar por ejemplo.

Estos síntomas, si no se gestionan adecuadamente, repercuten seriamente en la persona, la situación y la relación con el cuidador. Los conductuales más frecuentes pueden ser la agitación, el vagabundeo, la agresividad, la desinhibición… Los síntomas psicológicos pueden ser la ansiedad, la depresión, cambios emocionales bruscos (labilidad), alucinaciones, irritabilidad…

Consejos para cuidadores de Alzheimer en el manejo de estos síntomas

Los síntomas psicológicos y conductuales son muy frecuentes, sin embargo al conocer las causas o los factores que los producen podemos manejarlos. En el manejo de los problemas de conducta es importante tener en cuenta las circunstancias anteriores a su aparición:

  • Cambios en el ambiente.
  • Problemas en la comunicación.
  • Ciertos ruidos ambientales.
  • Iluminación no adecuada.
  • Lugares desconocidos.

Las posibles circunstancias que producen estas alteraciones son modificables. Por ello, prestar atención a la situación previa al problema, el ambiente en el que se produce o las consecuencias es fundamental para modificarlas. A continuación, algunos ejemplos y consejos para cuidadores de personas con Alzheimer:

Alteraciones de conducta

Agitación: Normalmente está asociada a miedo e inseguridad. Se recomienda en esos momentos tratar a la persona con mucha calma, ternura, hablando de forma tranquila, transmitiendo serenidad. También se puede intentar desviar la atención de la persona ofreciendo tiempo para calmarse y por supuesto sin discutir o dar explicaciones.

Vagabundeo: Puede producirse por ansiedad o aumento de energía. Podemos procurar un ambiente seguro para que la persona deambule sin peligro, buscar actividades que le motiven, no le aburran y desgasten esa energía. No se debe impedir o sujetar a la persona vagabundea.

Agresividad verbal o física:  Puede ser la respuesta defensiva a alguna amenaza que perciben. Por ello es fundamental permitírselo en unos límites y entorno seguro para la persona y los demás. Se recomienda no razonar, ni enfrentarse y sí mantener la calma y estar tranquilos. Con esto último, generalmente disminuye la agresividad.

Seguimiento al cuidador: En ocasiones la persona con Alzheimer sigue continuamente al cuidador. Se recomienda no enfadarse ni regañarle. Es aconsejable aprovechar para caminar con ella, transmitiendo seguridad, atención o protección. También se puede intentar desviar la atención hacia algo estimulante.

Alteraciones psicológicas

Ansiedad: Es importante crear un ambiente seguro, acompañando con cariño, comprensión de los miedos y preocupaciones y protección. Así mismo, podemos intentar encontrar la causa de la ansiedad y no modificar demasiado las rutinas.

Apatía: Se pueden sugerir actividades que en el pasado le motivaban, sin insistir y en un ambiente con iluminación adecuada.

Irritabilidad: Se recomienda no alterar las rutinas de la persona en la medida de lo posible, no enfrentarse, indagar en lo que produce este estado e intentar distraer con alguna actividad.

Delirios: Prestar atención a lo que nos dice, sin contradecir, ofreciendo respuestas neutras, con tranquilidad. Ofrecer argumentaciones en contra del delirio no es efectivo y genera conflictos. Algún ejemplo de delirio sería el pensar que le roban objetos personales o que donde viven no es su casa.

 

Fuente:

«Alzheimer, una enfermedad compartida» Curso de formación para cuidadores. Know Alzheimer.

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