Hemos recibido un caso en nuestra consultoría relacionado con el temor a las caídas en ancianos. Se trata de una mujer de 84 años que vive sola en su hogar de un pueblo de Aragón. Hace un año sufrió una caída que le ha llevado a mantener sesiones de rehabilitación de fisioterapia a domicilio. Su estado de salud es bueno y se recupera favorablemente. La consulta que nos ha llegado es de su hijo, preocupado por ella porque desde que sufrió la caída no quiere salir de casa, ni acompañada. Nos pregunta cómo puede ayudarla.
El miedo a las caídas en ancianos
Ella ha sido una mujer muy activa, física y socialmente, tenía actividades programadas por ejemplo cotidianas como ir a comprar a diario, o reuniones familiares o con las amigas. Tras sufrir la caída, no quiere salir en ningún momento de su casa, algo bastante frecuente en las personas mayores bajo estas circunstancias. El miedo a volver a caerse y todo lo que conlleva propicia una posible situación de fragilidad y unos efectos perjudiciales a nivel físico, emocional, funcional, social y económico. Además puede llevar a la persona a una situación de dependencia. Todo ello puede derivar en el Síndrome post-caída, una serie de cambios en el comportamiento y actitud que reducen las actividades físicas y sociales.
Del temor a caerse a la disminución de la actividad
El temor a caer o a volver a caerse lleva a la persona a no realizar actividades que podría hacer. Además, disminuye la autoeficacia para evitar una posible caída durante la realización de las actividades diarias. Como última consecuencia de todo ello, la persona pierde en gran medida calidad de vida. Desde la Unidad de Caídas del Hospital Universitario de Albacete, informan que el temor a caer conlleva varias consecuencias que empeoran el bienestar de la persona y por tanto la calidad de vida que mantenía. Algunas de ellas son:
- Disminución de la actividad física.
- La aparición de alteraciones del equilibrio.
- Reducción las relaciones sociales.
- Aumento de la necesidad de cuidados por parte de otros.
Desde esta Unidad de Caídas también explican una espiral de causas y consecuencias que mantienen este temor:
Una vez producida una caída de una persona mayor o no producida necesariamente, puede aparecer el Síndrome post-caída (Salvá Casanovas, 1997). Éste explica cómo la persona tiene miedo a caerse, pierde confianza al realizar actividades y reduce su movilidad y capacidad funcional. De este modo comienza la disminución de la autonomía para las actividades de la vida diaria y por tanto la disminución del bienestar y la calidad de vida. También son probables ciertos problemas psicológicos como son la ansiedad o la depresión. Por otro lado, aumenta la posibilidad de institucionalización debido a la gran necesidad de cuidados o a la falta de apoyo por parte de otras personas.
¿Qué solución ofrecemos en este caso?
La solución que ofrecemos para este caso es multidisciplinar y abarca diferentes vías de actuación como son en la propia persona, el cuidador principal y el entorno. Entendemos que la negativa a salir de casa es causada por el miedo a volver a caer, y esto puede generar diferentes problemas físicos, emocionales y sociales a medio y largo plazo. En principio comenzamos con la prevención de caídas como primera recomendación.
Prevención de caídas en ancianos
La prevención de caídas o de re-caídas es fundamental para las personas mayores, ya que pueden aumentar la seguridad de la persona en su propia capacidad funcional, su capacidad para realizar las actividades diarias. En la prevención hay que trabajar los siguientes aspectos:
- Hábitos de vida saludables. Mantenerse activo mediante un ejercicio moderado y acorde a nuestras circunstancias es fundamental en la prevención caídas. Realizar cierto tipo de ejercicios nos ayudará a mantener nuestra masa y fuerza muscular y ejercitar el equilibrio. Desde la fisioterapia pueden proponernos ejercicios específicos para la prevención de caídas. Además recomendamos seguir una alimentación equilibrada y saludable que aporte los nutrientes necesarios.
- Inspección del entorno. Es importante observar y comprobar que el entorno es adecuado y que ningún obstáculo va a propiciar una caída. Deberían eliminarse los objetos o muebles que interrumpan o dificulten el paso. Por ejemplo, las alfombras que pueden producir resbalamientos, la falta de pasamanos en una escalera o unos cables sueltos pueden hacer tropezar a la persona mayor.
- Ciertas recomendaciones para la persona. Existen ciertas medidas que pueden prevenir las caídas en los ancianos. Algunas de ellas son el uso de bastones si es necesario, la toma adecuada de la medicación, las visitas regulares al oftalmólogo y al otorrino, el cuidado de los pies y del calzado, etc.
Intervención con la persona mayor
Una vez conocido el caso, se recomienda ponerse en contacto con una psicóloga a domicilio que pautará ciertos consejos e intervenciones para eliminar este miedo a caer y por tanto la negativa a salir de casa. Estas intervenciones podrán ser desde la información a la persona sobre lo que le está ocurriendo, el entrenamiento en relajación hasta ciertos programas de tratamientos psicológicos. La reducción de la posible ansiedad, la mejora del estado de ánimo y físico o eliminar las conductas de evitación pueden ser algunos de los objetivos terapéuticos a proponer. De entrada y hasta que se inicie esta intervención, realizamos una serie de recomendaciones al cuidador principal, en este caso su hijo, que podéis leer en el siguiente apartado.
Intervención con el cuidador principal
El cuidador principal será informado y colaborará activamente en la intervención psicológica de la persona mayor. Mientras se inicia, le ofrecemos la información necesaria sobre el miedo de su madre a salir de casa y el miedo a volver a caerse, así como las medidas que puede tener en cuenta relacionadas con el hogar de su madre. Además le explicamos que es muy importante ser empático y comprensivo con la situación y que con su ayuda, su madre volverá a salir de casa y disfrutará de sus actividades cotidianas.
Intervención en el entorno
La intervención en el entorno es fundamental en un caso de miedo a caídas en ancianos. El cuidador principal puede iniciar una serie de cambios en el hogar para facilitar y reducir el riesgo de caídas y así conseguir que ella se sienta segura en su entorno. Como hemos comentado en el apartado de prevención, la eliminación de algunos muebles o elementos del domicilio es fundamental. También hay que tener en cuenta la iluminación adecuada, la adaptación en el aseo (por ejemplo asideros en la ducha), la utilización de un calzado adecuado o las ayudas técnicas como pueden ser los bastones o muletas. Las recomendaciones para un entorno seguro se realizan tras acudir a su domicilio.
Mediante estas recomendaciones esperamos haberos transmitido que con un poco de asesoramiento y ayuda, podemos encontrar la solución a una situación bastante frecuente en la población mayor. A través de unas pautas y la intervención de los profesionales adecuados las situaciones problemáticas pueden ser resueltas y conseguir así aumentar el bienestar de la persona mayor, nuestro principal objetivo.
Fuente:
Presentación de la Unidad de Caídas del Servicio de Geriatría del Hospital Universitario de Albacete (2014)
GANDOY-CREGO, M., LÓPEZ-SANDE, A., VARELA GONZÁLEZ, N., LODEIRO FERNÁNDEZ, L., LÓPEZ MARTÍNEZ, M., MILLÁN-CALENTI, J. C., Manejo del síndrome post-caída en el anciano. Clínica y Salud [en linea] 2001, 12 (Sin mes) : [Fecha de consulta: 15 de mayo de 2018] Disponible en:<http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=180618320006> ISSN 1130-5274