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La atención a personas en situación de dependencia comienza cuando es necesario prestar apoyo parcial o total a una persona en la realización de las actividades de la vida diaria. Ya sea mediante la atención de un profesional o de un cuidador informal o de ambos, la atención debe cumplir unos requisitos que le otorgarán calidad. Para ofrecer unos cuidados y atención de calidad ante todo debemos cubrir las necesidades de la persona. Y en esto nos vamos a centrar hoy:

Higiene

La higiene personal adecuada es esencial en la atención. La clave es realizar diariamente un lavado corporal, secado e hidratación, limpieza de la boca y cambio de ropa. Todo ello debe ser realizado con total respeto y amabilidad. Las personas en situación de dependencia merecen ser tratadas con dignidad y ser respetadas en cada ámbito de su vida diaria.

Se recomienda en caso necesario adaptar el baño, estancia en la que llevar a cabo la higiene en la medida de lo posible. Diversas ayudas técnicas facilitan la higiene de la persona y evitan ciertos riesgos o accidentes innecesarios.

Movilización

En caso de que la persona necesite ayuda para realizar cambios posturales, los cuidadores son el apoyo necesario. Las movilizaciones pueden ser activas, cuando la propia persona las realiza, o pasivas, cuando las realiza otra persona como un familiar o cuidador. Para cambiar de postura a una persona en primer lugar debemos explicar lo que vamos a hacer y cómo. Además debemos hacerlo de forma segura para ambos y teniendo en cuenta los posibles obstáculos que nos podemos encontrar.

Alimentación

En la atención a personas en situación de dependencia, una alimentación adecuada es fundamental ya que favorece la nutrición correcta. Debe ser equilibrada y adaptarse a cada situación personal. Por ejemplo, ciertas patologías o situaciones físicas requerirán nutrientes determinados y extras para completar la alimentación. Los cuidadores deben saber de forma específica y detallada por los especialistas cuáles son las necesidades nutricionales de la persona y cómo satisfacerlas.

Hidratación

Teniendo en cuenta que el cuerpo humano está formado por agua en un 80% aproximadamente, la hidratación es primordial. Se recomienda un litro y medio de agua al día o líquidos como zumos para evitar la deshidratación. Los expertos aconsejan el consumo de gelatinas para aquellas personas con problemas de deglución. Mantenerse adecuadamente hidratados prevendrá futuros problemas en la piel evitando úlceras o descamaciones.

Control de síntomas

En una situación de dependencia, la persona puede tener ciertos síntomas asociados que es fundamental conocer y atender. El dolor, es uno de los síntomas que podemos controlar. En general, puede controlarse en el domicilio de la persona con las indicaciones y prescripciones del médico correspondiente. Éste recetará la medicación correcta y las pautas a seguir para administrarla. Otros síntomas como por ejemplo la fatiga o la ansiedad, son valorados conforme vayan apareciendo por el médico o profesional al que corresponda. Éste supervisará el control de síntomas y los tratamientos a seguir.

Para finalizar, os recordamos que en caso de tener alguna duda en la atención a personas en situación de dependencia pueden consultarnos mediante nuestro formulario online: Formulario de contacto MimoOnline.

 

Fuente:

«Cómo cuidar en casa a una persona en situación de dependencia». Fundación Ramón Rey Ardid (Zaragoza), 2010

 

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